
Las buenas campañas también se dan con pocos goles en el arco propio. Y Central es uno de los siete equipos que recibieron menos de 10 en las diez fechas jugadas. Precisamente fueron 9. Y sólo en un partido le marcaron 3: ante Defensa y Justicia. Esto marca que soportó 6 conquistas en otros 6 partidos y en los 3 restantes terminó con el arco invicto. Son buenos números, aunque algunos crean que no. Igual, el desafío del entrenador Eduardo Coudet y sus dirigidos es que las cifras no aumenten demasiado. No es simple. Aunque es cierto que conservar el cero abre mayores oportunidades de victorias, sobre todo para este equipo canalla que tiene la ventaja de que en el arco de enfrente siempre conquistó: 16 goles en los 10 juegos.
Los tres goles que Mauricio Caranta soportó en la 8ª fecha en Florencio Varela desequilibraron en parte los números. Y la estadística marca una diferencia entre los cinco últimos partidos (recibió 7 tantos) y los primeros cinco (sólo 2), por lo que la tendencia debe modificarse cuanto antes.
¿Responsables? Todos. Obviamente. Desde el arquero, pasando por los defensores, los volantes y hasta los delanteros. ¿Y el técnico? También.
Es que por lo general en cada gol las culpas son repartidas. Un rival que se escapa de la línea de volantes (Cobo ante Barrientos frente a Olimpo), otro que saca provecho de un descuido táctico (la jugada del penal en Rafaela), aquel gol en el que no se defiende bien en pelotas paradas (Jara frente a Estudiantes), etcétera.
Central los sufrió de distintas maneras (ver detalle aparte), pese a no ser tantos.
El primero fue en contra (Yeimar Gómez Andrade ante Tigre), uno de penal (contra Rafaela), tres de cabeza (dos ante Defensa y Justicia, más el de San Martín de San Juan), uno en segunda instancia de tiro libre (Estudiantes) y los otros tres en jugadas.
Un dato para tener en cuenta es que los primeros 4 goles recibidos se dieron con el partido en cero. Algo de lo que se habló mucho en su momento y que el Chacho y sus jugadores no lograron revertir. Es que los últimos dos fueron bajo las mismas circunstancias.
Es decir sólo los tres ante Defensa y Justicia se dieron de forma distinta. Siempre ganaba y se lo empataban. Enseguida tras el 1-0, media hora después del 2-1 y al toque del 3-2.
Por último, debe mencionarse que 4 goles fueron en la primera etapa, siempre antes de los 20′. Y en los 5 sufridos en los segundos tiempos, cuatro se dieron en los minutos 72 (2 veces), 77 y 78.
El desafío para lo que vendrá será el mismo de siempre, obvio, que no le conviertan. Que Caranta pueda irse de la cancha la mayor cantidad de veces posible con el arco en cero, como pasó por última vez en el Gigante, en el 1-0 ante Temperley.
Tres fueron de cabeza
Dos de los tres goles en Florencio Varela fueron por cabezazos (Rius y Sánchez Sotelo) y el restante se lo hizo San Martín (Pumpido) en el Gigante.